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Sábado, 01 Febrero 2014 14:36

Máquina procesando... ¿Cómo obra la danza?

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Obreros de la danza o danza de los obreros, ¿cuál es la diferencia? ¿A qué o quién/es responde la construcción y ejecución de una obra escénica ligada al movimiento? 

Activar el dispositivo performático dependerá de la voluntad y el grado de compromiso del espectador. Esto es, el tono que irá adquiriendo la En obra, siempre inacabada (como bien lo dice su título), está intrínsicamente relacionado con la participación activa y cambiante de quienes integran el público, el cual tendrá en sus manos el poder para ejercer su costado capitalista explotador o su capacidad de dirección artística, según la forma que encuentre cada uno para visibilizar su mirada.

Entonces, ¿quién tiene el poder máximo de gobierno en el acontecer de esta obra en construcción? ¿Cualquiera puede elegir lo que irá a suceder en el transcurso de la puesta en escena? ¿Cuáles son las posibilidades y limitaciones del juego creativo bidireccional que ensambla las intenciones previas de la dirección artística de la obra con las intervenciones espontáneas de los espectadores?

En Obra interpela, desde el humor y el ingenio, a reflexionar sobre las sutilezas bajo las cuales se materializan las relaciones de poder entre los seres humanos y sobre cómo los cuerpos pueden producir un saber que se vuelve ajeno a ellos, convirtiéndose incluso en una fuerza opresora y cosificante del ser humano. La destreza artística de los performers-obreros se transforma así en una mercancía que el espectador consume para manipular a su antojo, siempre considerando el tiempo de utilidad que posee dicho objeto. De esta manera, se logra poner en evidencia la impronta fundamental que tienen las relaciones sociales en todo proceso de producción artística.

Cada uno de los intérpretes está programado para afrontar despojadamente la más ardua de las tareas psicofísicas: repetir hasta el cansancio la actuación o coreografía asignada; exponiéndose continuamente a que el otro decida sobre su quehacer, generando un conocimiento basado en respuestas mecánicas, bien aprendidas, in-corporadas. 

Las ofertas performáticas vestidas de overol son varias: 1-bailarina bailando, 2-danza del viento, 3-danza exótica, 4-escena de amor, 5-comedia, 6-monólogo, 7-tragedia, 8-unísono y 9-pausa. Dicha variedad puede permitirnos pensar que, así como la organización de cada labor debe ser pautada de antemano, el momento de recreación de estos intérpretes-obreros también tiene sus reglas: cada cual ocupa el lugar que le corresponde en el tiempo indicado. Y en el caso de que se ordene realizar más de una tarea simultáneamente, la “capataz” cubrirá uno de los puestos, a modo de comodín.

Los interruptores sirven entonces como medio de producción, como nexo entre las expectativas de los integrantes del público, los cuales controlan cada tiempo de duración (mientras el temporizador gallina de cocina lo permita), y las habilidades aparentemente mecánicas desplegadas en cada secuencia escénica por los obreros-performers.

Aunque, como en toda máquina, tanto su funcionamiento predeterminado como los resultados que se esperan ocasionalmente pueden fallar…Es que los músculos-piezas son, en definitiva, de un rendimiento diverso y versátil. Y no hay cálculo que alcance para estos imprevistos. He aquí las consecuencias prácticas, deseadas y no tan deseadas, de la enajenación humana constantemente en obra.

 

Un texto para: En Obra // dirigida por: Eugenia Cadús

Ficha técnica: Idea: Eugenia Cadús / Performers: Eugenia Cadús, Mariana Di Vincenzo, Manuel Lafita, Facundo Monasterio, Caterina Mora, Lucila Sol Roberto / Colaboración artística: Ayelén Clavin / Dirección: Eugenia Cadús.

 

Irene Claverie

Formó parte del Equipo Editorial de Segunda cuadernosdedanza.com.ar desde su fecha de fundación hasta el año 2015