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Lanfranco, Marina (2024) Reseña de Cartografía de la fragilidad expuesta. Estrategias de diálogo con la ciudad. Cuadernosdedanza.com.ar ISSN22508708. Publicado: 6 de marzo.  

 

...poner la carne en el espacio de todxs. 
García Agud y Camacho Tárraga, 2023

 

Se dice que el agua es un elemento de la naturaleza que siempre permanece en las mismas cantidades más allá de sus alteraciones y cambios de estado en el ciclo hidrológico. Se considera que es una sola, y no varias y que, la manera correcta de denominarla sería  “el agua” y no “las aguas”. Siempre me incomodó esta forma de su denominación. Aunque también sea cierto que, en términos ecológicos y como elemento de la naturaleza (tal vez el más vital), se constituye como único. Pero me gusta mucho más pensar en las aguas, todas diversas, con sus ritmos y colores, con sus sabores tan distintos y sus recorridos sinuosos.

quietos estanques

mares revolucionados

arroyitos que cantan canciones en las piedras que recorren

ríos turbulentos

maremotos

lagunas que se secan

torrentes que arrasan

gotas de rocío 

charcos de lluvia

lágrimas saladas que brotan sin parar

y de alegría…

Son todas aguas distintas y cada vez me resulta más incómoda la referencia singular no solo de las aguas, sino “de lo que sea”, porque cada singularidad necesita de un plural que la contenga, ya que, la generalidad de un todo homogéneo, la hace desaparecer. 

Es en esas aguas infinitas, donde veo reflejadas un sinnúmero de preguntas sobre corporalidades, territorios y ecofeminismos que hace tiempo me interesan como categorías de análisis. Estas últimas, con las enormes diferencias de volumen conceptual que representan, y, al igual que con las aguas, son todas bien distintas y complejas. 

Los interrogantes que proliferan en mi interior sobre estos grandes océanos conceptuales generan en mí un enorme interés; les estudio, les leo y reconozco entre líneas cuando visito literaturas que no versan directamente sobre tales universos de análisis. En definitiva, les tengo  presentes en mi vida cotidiana, en mis propias prácticas. 

He sido tomada por preguntas que me parecen maravillosas y que activan la incertidumbre de “cómo” nos identificamos individual y colectivamente en los espacios que habitamos con otres. 

Y, como el agua, nos devuelve un reflejo, cada vez distinto, parafraseando a Boris Groys (2023) y su narciso en el libro Devenir obra de arte (1).

De ahí que observo una enorme dificultad de no encontrar una forma de entrar de lleno en su estudio profundo, tal vez, porque no la hay.

Hablar sobre corporalidades es necesariamente autobiográfico y esa exposición me seduce, un poco me pierde, un poco me asusta pero sobre todo me intriga.

Me parece vital bucear en las aguas de otras escrituras que toman como eje la necesidad de preguntarse sobre las corporalidades en un espacio-tiempo lejano geográficamente pero cercano materialmente como es la ciudad de Valencia.  Me interesa personalmente, por haber visitado y recorrido con la avidez contemplativa de quien no es nativa esa ciudad increíble y por haber tomado al urbanismo español, al ambiente y el territorio en otras épocas como objeto de estudio en mis investigaciones académicas y trabajado en esas problemáticas en más de una oportunidad. 

El libro Cartografía de la fragilidad expuesta. Estrategias de diálogo con la ciudad escrito por Aurora García Agud y Jor Camacho Tárraga recorre sus propias historias, sus corporalidades y las de otres en un territorio determinado que se va modificando junto con sus cuerpxs y sus percepciones página a página. 

Son corporalidades que dialogan de manera constante con la ciudad, con las calles y plazas, con las pintadas en las paredes; de manera ecosistémica, somática, “interseccionadas”, al decir de Crenshow (2), “imbricadas” al decir de Falquet (3), en y con el ecosistema urbano que les es propio, y que se construye de manera permanente en cada activación sensible. Pensarlo de esta manera transforma al territorio en un espacio vivo.

El libro que han escrito Aurora y Jor constituye  una investigación situada que, si bien se encuentra localizada en la ciudad de Valencia (España), sus procedimientos “derivacionales” son  tan sugerentes que dan ganas de replicarlos en muchas otras ciudades. 

Territorios vivos

¿Qué elementos constituyen nuestra corporalidad (en singular y en plural)?

¿Qué del territorio la conforma, la marca, le deja una huella?

¿Qué de la historia personal y colectiva deja rastros?

¿Qué matrices de pensamiento nos pueden colaborar a pensar la corporalidad de manera ecosistémica?,

¿y cuáles de manera somática? 

Este libro, en efecto, recupera recorridos, derivas, archivos, imágenes y textos producidos durante una investigación ecosomática situada, con estrategias de exploración creadas por sus autoras con el objetivo de habitar su ciudad natal, para re-conocerla con nuevas miradas y nuevos cuerpos, como si lo hicieran por primera vez. 

Extrañadas

Las autoras han cruzado un marco teórico muy vasto, imbricando distintos aportes epistemológicos para construir el propio. Parten del concepto de heterotopía foucaultiano y lo re-definen para aplicarlo al territorio y a su propia investigación.

El primer procedimiento de registro es observacional, pero el segundo es táctil, des-jerarquizando la mirada que coloniza todo nuestro mundo sensitivo, acción tan necesaria para entrar al (re)conocimiento de espacial desde un registro sensible, diverso y no binario.

Todo el tiempo atraviesan el libro fragmentos de los diarios de ambas investigadoras y, al leerlos, nos podemos meter un poquito más en sus mundos internos, en sus pensamientos más espontáneos, lúdicos y en sus contradicciones. Nos permiten ingresar a una capa más profunda de su epidermis. 

Inter(¿in?)disciplinaria(s) 

Habilitando la deriva, los paseos que realizan Aurora y Jor, re(des)versionan a Thoreau en un siglo XXI post-pandémico para ensayar una nueva habitabilidad, para re-conocer y re-comprender la ciudad con otros ojos y con otras pieles.

Así, aparece necesario redefinir los abordajes epistemológicos en este momento de la historia, donde lo contextual se vuelve evidente y requiere ser registrado y re-jerarquizado. 

El contexto, por ser contexto no se transforma en algo secundario. Es tan principal que ofrece el entorno posible para poder observar. El contexto condiciona y posibilita, limita, pero a la vez, permite expresar. Es el ambiente natural y artificial donde se desarrollan nuestras ideas las que tienen sus bordes borrosos e inciertos por la interacción de lo físico y lo cyborg (Haraway) (4). 

Considero que frente a la obsolescencia, la inadecuación de las miradas heteropatriarcales, ciscapitalistas y neoextractivistas, aparecen alternativas tanto o más potentes para  revisar nuestros recorridos investigativos.  

Josefina Zuain hizo el acompañamiento del proyecto de investigación de Aurora y Jor y les invitó a llevarla a un formato de libro. En ese recorrido, escribió unas Notas del trayecto, a modo de prólogo, subraya que el trabajo realizado: 

 

(…) da cuenta de una intuición que abre paso al saber sistémico, al saber que integra cuerpo y mundo como vectores relacionales de la experiencia, de la vida.
Ese abrir que es al mismo tiempo un perder alberga un gesto político, en tanto contiene la potencia de gestionar nuevos modos de habitar la ciudad
(Zuain en García Agud y Camacho Tárraga, 2023:11). 
 

No solo habitar la ciudad sino también la pregunta como apertura (o sabotaje) epistemológicx al decir de val flores (5) hacia un universo de aguas en plural que nos permite sacudir y salpicar las limitaciones para observar en nuestras pieles y en nuestras corporalidades, las huellas y rastros del territorio y de la historia. 

Generando registros, haciendo (y abriendo) archivo Con otres.

Una ciudad feminista es una ciudad sensible a todas las desigualdades. 
Inés Moisset, Prólogo del libro La ciudad que resiste, 2019 (6)

Encuentro una íntima conexión entre la investigación que aquí se reseña con la propuesta platense de investigación situada, extensión y activación urbana de la Colectiva de Arquitectas La ciudad que resiste. Hacia un urbanismo feminista. Desde hace varios años, en la ciudad de La Plata (Buenos Aires, Argentina)  la Colectiva de Arquitectas viene trabajando en un proceso, me atrevo a denominar, de reconfiguración epistemológica de la ciudad y de lo urbano y que intenta dar cuenta de sus heterogeneidades y desigualdades. Encuentro entre ambas propuestas elementos que las vinculan por su saber sensible y por la necesidad de re-generar otras formas de habitar, a través de las caminatas, los paseos, las observaciones in situ, los recorridos, las derivas. Me parece oportuno citar el texto de Luciana Lima titulado (re!)-parar  Arquitecturas de la demora, proximidad y cuidados:

(...) la generación de las arquitecturas de la demora, propiciarán la experiencia sensible del territorio.
(...)  los proyectos  que  promuevan el  andar en una  deriva pausada, que genera recorridos  rincones, desvíos, alterando  la  circulación; 
propiciará  la  desaceleración, para dar espacio al detenerse y reunirse en las arquitecturas de proximidad.
(Lima, 2022:33)

Luciana Lima (7) junto a Verónica Pastuszuk integran y han impulsado en La Plata la red de arquitectura feminista y proyectos como la Colectiva de Arquitectas antes mencionado, Territorio Tolosa (8) y Proyecto Veredas (9). 

Estas lecturas sobre  proyectos distantes geográficamente pero que aunan un pensamiento del habitar urbano distinto  al impuesto, que no responde a un patrón de producción, hetero-cis-patriarcal y capitalista se nos hace sugerente y necesario, pero tambien nos des-arma y activa el deseo de otras formas de habitar la ciudad. Y en ese desarme, en la convicción de que necesitamos  otros aires y otras aguas, otras formas de pensarnos en plural en y con el entorno urbano pre-existente que se re-construye a cada paso, tenemos que volver a armarnos y volver a nombrar con todas las dificultades que ese hacer permanente impone.

Las demoras y las pausas, 

las contemplaciones, 

el tiempo perdido (?) 

los caminos sinuosos, las variaciones,

las subversivas raíces de las plantas que crecen en las paredes,

las esperas   

los espacios ¿vacíos?

la resistencia orgánica ante- entre el avance racionalista

las líneas rectas

los rayos del sol caen en una casa,  y, en la de al lado, un edificio la priva de luz

detenerse a observar una flor en la vereda ¿De quién es una flor en la vereda? ¿Tiene que ser de alguien? 

mirar muy de cerca una antigua pared de ladrillos para descubrir el ecosistema que allí existe 

caminar a la noche sola,

el espacio público, la calle

los miedos y los desafíos  

caminar mujer, marica, trans, travesti, lesbiana, migrante, marrón, pobre, indígena

caminar 

 

es mucho más que solo caminar

 

Hacia finales del año 2021, desde el proyecto Territorio Tolosa  invitaron a ACIADIP (Asociación de coreógrafes, intérpretes y afines de la danza platense)(10), a participar de una intervención performática junto con otras grupas artísticas. En ese momento escribí una poesía que me parece que puede dar cuenta del acontecer en mi corporalidad de ese territorio junto a otres:  

(RE!) DANZAR

                       volver a la danza

                       a habitarla en y con el cuerpo

(RE!) DANZAR

                        las incertidumbres, la desazón, la angustia, la emoción

(RE!) DANZAR 

                         una pandemia incomprensible, incontenible e inconmensurable  

(RE!) DANZAR

                         la columna, los isquiones, y la brisa en la planta de los pies

(RE!) DANZAR 

                         la emoción contenida entre cuatro paredes y fugada apenas de manera imperceptible por la pantalla, azul, pixelada, intermitente, como un halo, como un espectro durante días, semanas, durante interminables meses 

(RE!) DANZAR

                           la humedad y la risa, el color ámbar de los atardeceres en los ensayos

(RE!) DANZAR

                            con otres, en comunidades; vulnerables y fuertes a la vez con un mar de fondo pandémico a flor de piel sintiente, sensible, presente aún.

 (RE!) DANZAR 

                            la ciudad y la calle, nuestrxs cuerpxs y nuestros abrazos (10)

Encuentro en Cartografías de la fragilidad expuesta valiosas herramientas como práctica colectiva y como metodología de re-apropiación del espacio, como vehículo de re-contextualización territorial y corporal atravesados por la experiencia propia y compartida.

No solo el  contenido del libro es atrapante e invita a su lectura, sino que queda de relieve, a través de las decisiones de diseño que han sido tomadas para darle cuerpo a la obra, una  sensibilidad estética que realza el contenido del libro, como pieza en si misma. 

Les animo a leerla y dejarse llevar por el recorrido.

Referencias bibliográficas y notas

1. Groys Boris (2023)  Devenir obra de arte, Caja Negra Editorial, Buenos Aires. 

2. Crenshaw Kimberlé (1991) Cartografiando los márgenes. Interseccionalidad, políticas identitarias y violencia contra mujeres de color en Stanford Law Review.

3. Falquet Jules (2022) Imbricación: más allá de la interseccionalidad: mujeres, raza y clase en los movimientos sociales, Editorial Madreselva.

4. Haraway Donna (2019) La promesa de los monstruos. Ensayos sobre ciencia, naturaleza y otros inadaptables,  Holobionte ediciones.

5. flores val (2018) la pregunta como sabotaje epistémico, ediciones precarias, colección f(ru)ta, Neuquén.

6. Moisset Inés (2019) Prólogo en Lima Luciana y Bilmes Irene La ciudad que resiste. Hacia un urbanismo feminista, EDULP La Plata.

7. Luciana Lima (2022). (re!) parar. Arquitecturas de la demora, proximidad y cuidados. Cuadernos Del Centro De Estudios De Diseño Y Comunicación, (175). https://doi.org/10.18682/cdc.vi175.8580 Se puede consultar completo en el siguiente enlace recuperado de https://dspace.palermo.edu/ojs/index.php/cdc/article/view/8580 acceso 10.11.2023

8.“Territorio Tolosa (TT) es un proyecto de contemplación urbana que centra el reconocimiento de la ciudad a partir de recorrerla, caminarla, desarrollando señalamientos a través de intervenciones performáticas en el barrio de Tolosa. Investigan sobre el concepto de “hacer territorio”: conocer sensiblemente a la gente y los espacios que habitamos” (Lima y Bilmes 2019:19)

9. Se puede visitar el Proyecto Veredas donde hay una descripción del mismo, a través del siguiente enlace recuperado de https://www.fau.unlp.edu.ar/novedades-fau/proyecto-veredas-derivas-y-recorridos-en-el-barrio-el-mondongo/ acceso 12.11.2023

10. Se puede acceder a la información de ACIADIP en su página web a través del siguiente enlace recuperado de https://aciadip.wordpress.com/  acceso 12.11.2023 

11.Texto performático escrito y leído el 21.11.2021 invitada junto con el colectivo ACIADIP a participar de  (RE!) PARAR, Territorio Tolosa, Mula Cultura y Archivo histórico de la Provincia de Buenos Aires. La imagen corresponde a la intervención realizada en la misma fecha en la plaza de Tolosa, lugar donde iniciaba el recorrido por los hitos elegidos esa tarde.

 

 

 

 

 

 

Publicado en En palabras

Cómo citar este artículo. 

Córdoba Camelia (2023) Todo es cuestión de saber cómo y cuándo enderezar las rodillas. Cuadernosdedanza.com.ar ISSN22508708. Publicado: 8 de Agosto.

 

Este texto reúne las reflexiones leídas durante la presentación del libro titulado Salón de Baile Palacio Errázuriz Alvear. Aproximaciones al espacio desde la danza. El evento de lanzamiento de este material de estudio fue celebrado en Febrero de 2023 en el Museo Nacional de Arte Decorativo. Buenos Aires, Argentina.

El libro reúne los materiales producidos a lo largo de una investigación en formato de laboratorio de escritura coordinado por Josefina Zuain, durante 2020 y 2021. Los materiales resultantes abordan desde el estilo arquitectónico del salón de baile, a su archivo fotográfico, cartas, hipótesis de uso, referencias de activaciones anteriores del espacio, las diferentes tarjetas de invitación encontradas en los archivos, junto a manuales del buen danzar de diferentes épocas, desde el siglo XV al XVIII.

La investigación colectiva partió de la pregunta: ¿qué patrimonios producen las prácticas de movimiento? ¿Qué sucede (y qué podemos hacer que suceda) entre la danza y el patrimonio? 

Salón de baile Palacio Errázuriz Alvear. Aproximaciones al espacio desde la danza incluye textos de Ana Elisa Schürmann, Ana Soledad Biagi, Camelia Córdoba, Carolina Ramírez, Claudia Igaz, Claudia Mel, Daniela Isabel Ortiz, Diego Enrique, Emilia Pujadas, Florencia Rocco, Grisel Alboniga, Inés Diaz Saubidet, Jezabel Amin, Maité Galarza, Malena Albarracin, María Paz Imán, Marina Julieta Amestoy, Mercy Tatiana Arias, Nadia Palma Schlaps, Naiara Verdun, Rocío García Brangeri y Vanessa De La O.

Este proyecto fue uno de los ganadores de la edición 2020 de Activar Patrimonio, un programa de becas de la Secretaría de Patrimonio Cultural (Ministerio de Cultura de la Nación), que busca fomentar el desarrollo de proyectos artísticos y de investigación a partir de los fondos y las colecciones de los museos e institutos nacionales. 

 

 


Una vez colocado el cuerpo en la forma que se ha indicado, estará pronto para ejecutar lo que se requiera, pues esta es la posición que se adopta ya sea para caminar, hacer una reverencia o bailar. Es de mucha utilidad el saber cómo caminar correctamente, pues de ello depende lo que es el primer requisito de la danza, esto es, un buen porte. Por esta razón ruego al lector que preste atención al fácil método que voy a describir, que se compone enteramente de movimientos naturales (...) Al regular los movimientos del cuerpo y al fijar las posiciones adecuadas, la danza agrega gracia a los dones que la naturaleza nos ha deparado. Y si no llega a eliminar por completo los defectos con que hemos nacido, por lo menos los mitiga o disimula. Este solo ejemplo es suficiente para explicar su utilidad y para fomentar el deseo de adquirir destreza en este arte. Se me dirá luego que debe poseerse una gran aptitud para poder llegar a bailar bien. Estoy de acuerdo, pero la buena voluntad hará adelantar a los menos dotados, y agregaré que tales personas pueden llegar a bailar bastante bien sin tener ninguna aptitud, pues bailar no consiste más que en saber cómo doblar y enderezar las rodillas a su debido tiempo. (1) 


Mi nombre es Camelia Córdoba, soy bailarina, coreógrafa y docente. El fragmento que acabo de leer corresponde a El Maestro de danza, del autor francés Rameau, un tratado sobre las técnicas de baile en el siglo XVIII, publicado por primera vez en París en el año 1725, el capítulo se titula De la manera de caminar bien. Durante el proceso de investigación que resultó en la edición del libro que presentamos hoy, 2 de febrero del 2023, fueron varios de estos documentos, muchos de ellos con notaciones encriptadas sobre maneras de ejecutar una danza cortesana, los materiales para nuestra investigación. 

Llegué a este proyecto por una convocatoria que difunde Josefina Zuain en redes sociales. Una de las primeras propuestas que ella nos invita a pensar/escribir es un texto en relación a la imagen de un manuscrito anónimo del siglo XV, Las Reglas del Danzar. Para comenzar con esta primera escritura, las indicaciones de Josefina fueron tan precisas como tentadoras: “ ¡escriban lo que quieran, intenten lo que quieran, sean libres!”.

La imagen sobre la que teníamos que generar estos intentos parecía contener indicaciones en un español lejano y antiguo. De los imaginarios que me despertó este manuscrito misterioso nace el texto que leeré a continuación. Se filtraron también algunas impresiones provenientes del libro Recordando escrito y firmado por Matías Errazuriz, una especie de diario personal nostálgico y Rococò que escribe Don Matías al momento de vender el Palacio al Estado Nacional Argentino, quien lo transforma desde aquel momento hasta el dia de hoy en el Museo Nacional de Arte Decorativo.

Este proyecto y este equipo de trabajo significaron un reencuentro con la escritura, algo que no practicaba hacía mucho tiempo, que no bailaba hacía mucho tiempo; y en relación a esto último no es casual que este reencuentro esté íntimamente relacionado con el estudio de un espacio como es el Salón de baile y con las danzas y encuentros sociales que en él se llevaban a cabo, pues los encuentros para mí siempre estuvieron vinculados a la danza, a los bailes y a las pasiones alegres que ellos despiertan.

 


Tu pie izquierdo (2) 

Si tu pie izquierdo se une con mi pie derecho nos caemos. Plié, plié, rond de jambe, rond de jamb... Voy girando y veo, entre luces de colores, tu rostro del lado opuesto al mío. Entiendo que este baile solo cobra sentido si te acercas, me tomas de la mano y me sacas a bailar. Y yo en esta terraza, bailando sola. Este vestido de tul bordado que se vuela por los aires. Un vestido regalado por mi amiga, que fue herencia de su tía. He visto una fotografía en la que está usándolo mientras sostiene a mi amiga en brazos. Lo mejor para coronar esta herencia de ropaje, es que cruces el salón con tu hermoso y sensible porte, que extiendas tu mano hacia mí y me saques a bailar. Como en esa escena de Anna Karenina (3), donde Kitty le dice a Lyovin que sus palabras no significan “un nunca” sino un “por ahora no”. Doy vueltas y pienso que quizás hoy podré flotar, con este vestido, en este baile, entre tus brazos. Quizás hoy pueda ver tu mano extendida, girando en el aire, acercándose a la mía e invitándome a bailar. Estoy decidida, mi cuerpo se ancla en el precipitado evento en el cual nuestras manos se encuentran. Evidentemente mi sentir no se corresponde con tus dudas y tu falta de decisión, pero no hay apremio y puedo esperar, porque cuando te decidas ya no habrá vuelta atrás. La espera es eterna pero excitante.

Mientras tanto, las manos me tiemblan y me sudan. Pienso cuánto tiempo tardarán en secarse y busco entre mis referencias mentales algún tipo de dato sobre sudores y palpitaciones producto de la ansiedad ante el incipiente encuentro con otro cuerpo. Calculo el tiempo que te estás tomando para decidir cruzar el salón y el tiempo de secado de la epidermis y ¡Oh! Dios, sólo espero que los cálculos sean precisos. De lo contrario, la única alternativa será salir corriendo cuando vea que te acercas a mí, cavar una fosa en el jardín, al lado de la fuente de los cisnes, a la derecha de los geranios en flor, enterrarme viva y notar cómo lentamente me hundo en ansiedad y letargo.

Ahora entiendo la funcionalidad de este jardín, su tierra húmeda gracias a los constantes riegos lo han convertido en un espacio siempre disponible. Estamos bailando, yo de este lado del salón y vos del otro, entre capas amorfas que giran sin cesar.

El tibor de porcelana china a la entrada del salón se impone y me intimida. La fatalidad del principio de gravedad en los objetos es fascinante. La escena de El sacrificio de la rosa (4) parece cristalizar mi estado de notoria alteración. Luego me percato de que no hay tal distancia ya que cerca, entre los metros que separan el fondo de la superficie, puedo divisar tus pies moviéndose. Imagino tus zapatos hundiéndose en la tierra húmeda que está cayendo ante mis ojos, mientras recuerdo la voz de mi madre narrando los aciertos y desaciertos al momento de construir este jardín en el que caminó Anna Pavlova sintiéndose un cisne más. Mientras te miro bailar, te pienso tomando la mano de Kitty (me pregunto por qué viene a mí la escena de esa horrenda adaptación al cine) y entiendo que no es que haya una única posibilidad, sino que hay que saber cuándo llega para no dejarla escapar. “Tarde”, escucho. “Tarde, ridícula y estúpida aprendiz de bailarina”.

Siento tu mirada de reojo, tu sonrisa complaciente, el aire bordeando el contorno de mi cuerpo, las manos irritadas y el presente inabarcable liquidándose entre mis dedos. Siento el suave perfume de los geranios irritándome, el insoportable atardecer acariciando mis piernas, la tierra llovida, los cipreses a la espera alegre de mi inevitable finitud.


NOTAS

(1) Rameau P (1725) El maestro de danza. Ediciones Centurión. 

(2) Zuain, Josefina (Comp.) (2022) Salon de Baile Palacio Errázuriz Alvear. Acercamientos al espacio desde la danza. Buenos Aires: 2DA En Papel EDITORA.

(3) Rose Bernard (1997)

(4) Fragonard Jean Honoré (1775-1780)

 

 

Publicado en En palabras
Domingo, 19 Noviembre 2017 15:46

Naturaleza de la fuerza en el cuerpo y la danza

Reseña, reflexión de la autora con motivo de la reimpresión del libro 2017.

 

Recién ahora, luego de la primera edición y de más de seis charlas presentando el libro, comprendo mejor de qué trata este trabajo.

Este libro es un recorrido de alguien que baila y desde allí se pregunta por los modos de hacer, por el tono de la voluntad para participar del suceso de estar vivos. Pero no una vida-metáfora o aislada de la singularidad que nos conforma, sino una posibilidad que es tejido, que da cuenta del tiempo y su modo es la impermanencia.

La magnitud de la experiencia humana se teje en cada hebra del cuerpo, un entramado de diversas sustancias donde confluyen las acciones de la vida, de nuestros ancestros, de la cultura, así como lo que hacemos a cada instante, lo que soñamos, con quienes lo compartimos y todo aquello que no sabemos de nosotros mismos. Bailar es comprometerse con estas fuerzas.

Este libro conoce del cuerpo aquello que sólo se puede saber en estado de danza. Un cuerpo en estado de deseo y posibilidad más que un cuerpo adaptado a los marcos de movimiento, de actividad, de pensamiento que propone la cultura o la herencia. Un cuerpo que nunca terminará de conocer su potencial porque se dedica día a día a descubrirlo para desconocerlo al siguiente. En cada nueva práctica, en cada obra. Un cuerpo que se construye en su propia pregunta.

Escribí sin saber que se convertiría en este libro, para entender más de lo que hacía, como un intento de traducción: de la experiencia a las palabras. Escribí como un intento de ser de este mundo. Y aún sigo haciéndolo, para descubrir lo que sé por medios que no son semánticos: mis manos siempre van más claras que las palabras cuando toco, siento mis tejidos antes de saber sus nombres.

Escribí también, para revalorizar el saber que brota de allí. Lo que estudian los kinesiólogos, osteópatas, filósofos, sociólogos, psicólogos, médicos es maravilloso. Me parece grandioso el trabajo en red –de hecho también me dedico a ello- y es fantástico que leamos muchos libros, estudiemos cuerpos desde la biología, anatomía, fisiología, neurociencia y todas las ciencias del mundo. Pero profundamente deseo que esos saberes no silencien el hondísimo sabor (saber) que surge de estar escuchando el cuerpo dentro de la propia experiencia, dentro de la danza misma al descubrir-repensar-volver a probar lo que es caminar, tocar, caer, pesar, girar: estar cada día preguntándose materialmente materialmente materialmente qué es cuerpo y de qué trata esta experiencia viva que somos.

Por ello, este libro no trae a la palabra del modo en que la usamos en nuestras prácticas, eso sería imposible: allí brotan de ir hacia preguntas y de dejarlas reververar en el-los cuerpos-días, de arrojarlas en mapas, individuales y grupales, con texturas, colores, multidirecciones, planos, y hasta volumen. Palabras-mapas que regresan al cuerpo y claro, ya lo nombrado es danza o la danza adquiere un nombre que antes no existía. Este libro es sólo el remanente, la borra de café, de la bebida exquisita de nuestra práctica.

No pretende ser un manual -jamás!- sino compartir una apuesta. Un arrojo apasionado a esta experiencia de saber-degustar desde el cuerpo, la danza, desde uno mismo y aún antes de que la experiencia tenga un nombre.

Quiero agradecer por todos los mensajes, las devoluciones, y las multiplicaciones. Me alegra que un trabajo que hice como necesidad personal, también sea un aporte para otros.

Ahí seguimos.

 

información del libro y la investigación: https://naturalezadelafuerza.wordpress.com/libro/

 

 

 

 

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