Más allá de algunas investigaciones realizadas desde la Antropología nunca antes había fusionado la escritura y la danza. Hace relativamente poco comencé a descubrir que el ejercicio de ahondar en lo poético del movimiento, intentando ponerlo en palabras, enriquece mi mirada como espectadora a la vez que me permite encontrar nuevos caminos para la experimentación en la danza. Aunque se hayan forjado como mundos separados, siento que es tiempo de escribir en movimiento y dejar que la danza y la escritura se impulsen mutuamente.