Empiezo y termino por los pies. Me pienso blanda, dispuesta, generosa. Escribo. Del otro lado de la pantalla, el abismo, el deseo envolvente, las preguntas. Las palabras caen desde abajo. Escribo. Cuerpo digital ¿Cómo pienso la materia ahora? Lo que soy, el peso concreto de mis caderas. ¿Cómo pienso lo que pienso ahora? ¿Qué relación tiene mi entrepierna con lo que dicen mis dedos? ¿Es lo mismo el teclado que el papel? ¿Hablo en plural o singular? ¿Cómo se expresa el abismo? ¿Hay que expresarlo? ¿Para qué? ¿Alguien lee? ¿Qué relación tengo con las palabras? Decir amor, odio, sangre, vida, puta, sexo, ¿Es lo mismo? ¿Resuena igual? ¿Cómo es del otro lado? ¿Hay lados? ¿Dónde queda adentro ahora? ¿Dónde empieza y termina mi cuerpo? Después de meses de encierro, no sé si hacer una lista de agradecimientos o un manifiesto. No sé como escribir en qué consiste esto de ser cuerpo, si vale la pena, la alegría, el intento. Pero no importa para qué, importa seguir escribiendo. En este tiempo, el mito del YO se puso tenso, la red de…