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Sábado, 05 Julio 2014 01:08

El artificio de la obra escénica es realidad.

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El artificio de la obra escénica es realidad.

Obra: Embloque

Si no es objeto, es cuerpo. El cuerpo, a diferencia del objeto, porta memoria, porta estados de ánimos, porta dificultades, porta karmas. La escisión es radical. 

Como una animación Vintage o como un sistema de marionetas a la vangard, Embloque se sucede entre pocas escenas (yo conté dos, casi tres) donde no acontece nada más preciso que el objetivo de mostrarle algo a un público. ¿Es la danza (o debiera ser) mucho más que eso?. Simplicidad era la palabra que elegía la Bauhaus para nombrar esa búsqueda (cuadrados, blanco-negro, línea, punto), yo no lo veo precisamente simple pero algo de eso hay.    

El punto de vista del espectador es el drama de esta pieza, porque en él confluyen las preguntas y las respuestas. La medida de esta obra (que no es modular pero cúan cerca de ello está!) es la medida del hombre. El hombre que hace y el hombre que mira. Da Vinci supo ponerlo en un cubo claro que lo afirma: somos un módulo. Nuestro cuerpo funciona como tal.

Aquí las referencias a la historia de las artes plástico-visuales (el nombre correcto emergerá dependiendo si nos paramos en una u otra vereda teórica), son muchas, claras y precisas. El minimalismo, inevitablemente presente en el imaginario de un espectador más o menos informado, está presente, pero no tanto por las formas de las cosas que en Embloque bailan (esa es la referencia más evidente y que tiene que ver con una vanguardia anterior ya nombrada), sino sobre todo porque se retoman los principios del Minimalismo: evidenciar la continuidad de un sistema simple a golpe de vista a partir de las estrategias de serialidad, repetición y síntesis. Sin embargo, esta obra retuerce los principios minimalistas al ocultar parte del mecanismo y constituir sus principios como elementos compositivos del artificio escénico: la diferencia entre instalación y escena ¿entre danza y artes visuales?. 

Polarizar. La bella y la bestia. 

La fantasía se constituye a partir del engaño. Alguna situación/alguien establece los elementos de manera tal, que la mente de quien especta (yo-tu-él-nosotros) imagina/se engaña de sucesos que no son reales (o, seamos más complacientes, son reales sólo en la mente de quien los construye a partir de su observación-precepción). La mentira como estrategia de composición de la fantasía, donde las cosas no son lo que parecen o son lo que no parecen ser, se me aparece como un eje compositivo de esta obra que miro y me engaña. Bienvenido sea el artificio escénico para entregarse a ver lo irreal, lo imposible sucediendo allí delante nuestro. 

Solemos pensar en pares de polarizaciones, tenemos una tendencia o preferencia por organizar nuestros pensamientos de esa manera:  Buenos Vs. Malos. Hombre-mujer, blanco-negro, cuerpo-objeto, lo preferimos pero también nos sirve, son categorías posibles que dinamizan los matices intermedios, porque establecen los polos con celeridad.   

Danza. Objeto. Es una polarización histórica. Pero en la Bella y la Bestia, los objetos bailan y allí emerge la existencia de la fantasía, el ensueño, el engaño, la mentira y la polaridad. Esta fue una imagen que apareció en mí viendo Embloque, donde la abstracción pone en cuestión el tipo de fantasía de la que se trata, pero donde el teatro negro de títeres es una memoria más que entretejer asociada a la ilusión propia de las obras infantiles. 

Los objetos son portadores de energía, pero el hombre es quién actúa sobre ellos. ¿Cómo sería un mundo donde los objetos bailaran realmente? ¿Existen obras capaces de cuestionar la realidad, modificarla, alterarla o transmutarla?.

Este comentario fue construido a partir del ESTRENO visto el día 7/6/2014 en el Centro Cutlural Rojas.

 

Ficha técnica:  Idea y dirección: Yamila Uzorskis | Intérpretes: Belara Michán, Belén Coluccio, Yamila Uzorskis | Diseño de luces: Alejandro Le Roux  |  Música original: Sami Abadi | Asistencia de dirección: Florencia Castañeda  | Realización de Vestuario: Laura Cornejo |  Diseño Gráfico: Julieta Meschini Luppi | Dibujo: Yamila Uzorskis | Producción general: Compañía La Instalacción, Tatiana Sandoval.

Josefina Zuain

El tema del ser es para mí un tropezón asegurado. Bailo y escribo, bailo y estiro, bailo y no bailo. Me gusta decir: soy bailarina y escritora. Escribo, escribo, escribo... bastante compulsiva-mente.

Tal vez todos mis textos hablan de la acción de separar y del amor. Separar como modo de re-unir, re-condensar, volver a pensar y seguir (no) siendo. Amor: mi cuerpo. Segunda es mi relación más estable y duradera. Aquí, entre amistades, casualidades, pasiones y deseo, inventamos y recreamos los modos en que podemos pensar (seguir pensando) y volver a pensar en-con-a través de la danza.