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Lunes, 01 Abril 2013 15:15

Obscenidad femme fatale: resistencia y vuelta al origen

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Orgía de recuerdos, amores, sexos, memorias, orgasmos y biografías, Sin sostén se presenta “desnudando nudos”.

Reivindicación osada del deseo y su objeto. ¿En qué lugar de la vida se encuentra la pasión? ¿Cómo se aprende a amar? ¿Se organiza el placer sexual? ¿Dónde se halla la satisfacción, el goce? ¿Cómo proceden el cuerpo y la mente?

Estos interrogantes se van poniendo en circulación a través de vibraciones femeninas diversas y potentes. Se desprende así un cortejo heterogéneo a partir de íntimas revisiones individuales, las que se integran y desintegran en un saber sensual colectivo y desafiante: “¿qué preferís, querer más o que te quieran más?”.

Las mujeres ninfas que circulan en escena son: Santa, Chiquitita, Urbana, Encantada, Bajo la manta y Madame Mi. Su alianza transcurre en el reino placentero, caótico y provocador de Eros, bajo un encuadre visceral de amores imprudentes que van colocándose aleatoriamente sobre el diván de la pasión (bien rojo, como debe ser). Es así como los distintos movimientos adquieren su unidad letal, la cual se halla, precisamente, en el ojo de la tormenta sexo-cinética-sonora.

“Toda la operación del erotismo tiene como fin alcanzar al ser en lo más íntimo, hasta el punto del desfallecimiento (…) tiene como principio una destrucción de la estructura de ser cerrado que es, en su estado normal, cada uno de los participantes del juego” (Bataille G., El Erotismo).

Lo que tienen en común todas estas manifestaciones eróticas es justamente la trasgresión de los límites que el propio cuerpo y las emociones que en él habitan le imponen al ser humano desde su llegada al mundo. Por eso es que aquí no importan las respuestas, porque de lo que trata es de la vida interior misma: la búsqueda inagotable de completitud de la existencia. La unidad perdida en el nacimiento aspira a retornar con cada impulso inacabado del deseo sexual.  

Nos encontramos así ante una diversidad de elementos erógenos inspiradores: marchanta de pomelos (afrodisíacos si los hay), orgasmos bajo sábanas y al descubierto –unos fantasmagóricos, otros con aullidos y gemidos-, canasta de flores que algodona a la intérprete naif, fiesta electrónica que incita al descontrol, interpretación de guitarra a calzón quitado (en sentido literal), apertura de piernas abrupta con tacos altos incluidos, espasmos extenuantes en cuatro patas, sexo con una guitarra, etc., etc., etc.

La obscenidad se introduce, entonces, como una forma de resistencia estructural; como un desquite hacia afuera de todo lo que el cuerpo y la conciencia han ido incorporando coercitivamente para luego olvidar. De esta manera, y como consecuencia, la ajenidad internalizada se transforma en una cacería de los orígenes: recuperación de las raíces que inundan los vientres de la fertilidad.  

 Un texto para: Sin Sostén // dirigida por: Melina Martín

Ficha técnica: Intérpretes: Ana Laura Ossés, Carolina Arandia, Cecilia Mazza, Georgina San Cristóbal, Josefina Zuain, Melina Martín | Músicos: Mariela Mendez Christie, Fran Zuain, Oscar Civile, Ana Laura Ossés, Cecilia Mazza, Federico Goldberg | Asistente Dirección y producción: Samanta Lewin | Vestuario e iluminación: Daniela Pollo Corvalán | Sonido: Adam Sosinsky | Fotografía: Mana Pena | Dirección: Melina Martín

 

 

Irene Claverie

Formó parte del Equipo Editorial de Segunda cuadernosdedanza.com.ar desde su fecha de fundación hasta el año 2015