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Martes, 01 Noviembre 2011 14:29

¿Estás ahí?

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Estas son algunas reflexiones que tuve cuando vi “Cartas a mi querido espectador” a principios de este año. Las mismas permanecieron en mi cuaderno de notas, en un archivo de texto en la computadora y en mi mente durante un tiempo, esperando este momento, en el que la obra vuelva a estar en cartel y puedan dialogar.

“Cartas a mi querido espectador” se presentó en esa instancia en el teatro El Extranjero, ahora está en Café Müller, y busca entablar un “diálogo” (¿epistolario?) con el público, en vivo, in situ, en el a veces bastardeado “aquí y ahora”. “Estás, estoy –dicen- y nos miramos”. Entonces, me pregunto ¿por qué elegir el formato carta? ¿No resulta contradictorio el elegir un formato que pretende un tiempo de lectura, reflexión y luego de respuesta? … una respuesta. ¿Por qué leer las cartas frente al público y no, quizás, enviárselas? ¿Esperan nuestra respuesta?

¿Acaso no nos distancia aún más esta situación?

Habitualmente, cuando uno lee y contesta una carta, dialoga, pero no se mira; y cuando uno está frente a otro, se puede mirar, pero no necesariamente dialogar. ¿Será esta dicotomía la que pretende exponer Gandini?

Es claro que quiere hablar de la representación, de la imposibilidad (?) de “no ser otro”. De hecho lo expone, dice “Me atrofié a tal punto que lo único que sé es hacer esto, ser otros.” E incluso intentan ser “ese que sólo soy cuando estoy conmigo –dicen-”. ¿Es esta concepción pesimista, tal? ¿Intentan realmente conectarse con el espectador, mirarlo a los ojos, dejar de representar, volverse “real”? Entonces, nuevamente, ¿por qué la carta y su distancia (temporal y espacial) que implica?

Y si suponemos que sus intentos, aunque pesimistas ya que aceptan de antemano una imposibilidad, son genuinos intentos, ¿cómo dialogar con eso? ¿Cuál es nuestro lugar de espectadores? Es acaso, tal como lo plantean en la obra, un lugar de legitimación, que permite la existencia del “otro” (dicen por ejemplo “necesito de vos ahí para hacer esto”)? Personalmente creo que el lugar del espectador es mucho más que el de un mero “expectante”, es un rol activo que hace más que mirar y con eso construir la escena y su teatralidad. Reducir al espectador sólo a ese rol, creo que es menospreciarlo.

De hecho, creo que todos los conocedores de la danza recordamos inmediatamente a las Cartas de Noverre, pero también tantas otras publicaciones de epistolarios, tan en boga en el s. XVIII, XIX y principios del XX, lo cual abriría otros significados y reflexiones.

Ahora bien, esto me dispara otra inquietud en relación al espectador y al formato epistolario y lo que implica: ¿Quién puede contestar las cartas? ¿No será acaso algún romántico de alma moderna?

Entonces, hago mi última pregunta: ¿estás ahí?

Un texto para: Cartas a mi querido espectador // dirigida por: Fabián Gandini

 

Ficha Técnica: Intérpretes: Lucía Disalvo y Fabián Gandini | Dirección: Fabián Gandini

María Eugenia Cadús

Formó parte del Equipo Editorial de Segunda cuadernosdedanza.com.ar desde su fecha de fundación hasta el año 2014.