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Lunes, 30 Mayo 2016 03:28

Apunten. Disparen. Fuego

Escrito por

 

Un texto para Francotiradores, de Rakhal Herrero.

Francotirador es “un soldado de infantería experto en tareas de camuflaje y tirador de élite, que dispara con arma (normalmente un rifle de francotirador), a grandes distancias y desde un lugar oculto, a objetivos seleccionados”[1]. Ejemplos en el cine, varios. Ejemplo en la danza (y objeto de este comentario) lo pondré así: la guerra empieza cada función.

Cual campo de batalla, entran a escena siete intérpretes. Entran a disparar. ¿Y qué disparan? A mi criterio, esto es lo más complicado de apreciar/“entender”/especificar y a su vez de describir en palabras. Ellos entran a escena, ven y construyen desde ese lugar. Cuerpo en acción. Mutación del material de función a función. Abismo. ¿Y cómo hacer para que cada función sea una “buena” función? Me detengo en dos cuestiones.

1.       De las dos versiones previas: obra corta del ciclo de Teatro Bombón y del Centro cultural de la Cooperación. Bagaje: numerosos ensayos juntos luego de varias propuestas. Problema/desafío: correspondientes cambios de espacio, intérpretes, puesta de escena, dramaturgia, iluminación, vestuario, sonido, asistentes de dirección. Esta versión entonces es sólo una versión de la búsqueda de su director, Rakhal Herrero. 

2.       De la acción: disparan al blanco de una acción. La misma puede ser más o menos concreta, pero al menos intenta serlo. A su vez, se ocupan de generar tensiones en relación al otro, al espacio o con los objetos. El blanco aparece lejano/deseado/esquivo/difícil. El blanco se encuentra en el devenir de lo que hace cuerpo. El cuerpo entonces en disparo constante. Y debe ser acertado porque de lo contrario está el riesgo de ser descubierto en el campo de batalla. Paradoja de “morir en escena” o “volverse invisible” escénicamente. 

Cual campo de batalla también está su posible capitán, o al menos, me aventuro en proponerlo así sobre quien sería el único no francotirador. Me refiero al personaje femenino oriental que a modo de maestra de ceremonia oficia de guía para la narrativa de Francotiradores. A través de su discurso y acciones más simples (caminar, hablar, señalar) podría ser ella quien los junta, quien los dirige, quien los subyuga. Entre ella y los otros siete: ambigüedad, quizás capitán – batallón.

Como ya lo arriesgué, Francotiradores es un campo de batalla. Nosotros espectadores a veces somos incorporados por los francotiradores. ¿Podemos negarnos a formar parte si nos incluyen? No, o al menos el margen que tenemos para poder hacerlo es pequeño, y depende de una decisión muy firme del espectador.

Cual campo de batalla cualquiera puede morir. Un francotirador eficiente sería quien mata al enemigo y se va sin ser descubierto. Inversión/paradoja/oxímoron. Un francotirador en Francotiradores sería quien acierta la acción y prosigue con otra acción sin desvincularse de los otros. Entonces no alcanza solamente con disparar: el lugar del intérprete es tan múltiple que no se detiene en el tiro asestado. Continuar con otra acción implica ciertos riesgos, como desvincularse de la escena o ser “víctima de su propia acción”[2]. Resultado posible: un intérprete-francotirador puede estar “fuera de escena”, es decir estar adentro pero no operar como tal. Y así el francotirador muere y hasta es capaz de hacer morir la escena, si sus compañeros no lo salvan (a él o a la escena).

De la escena teatral ellos no pueden escapar. Están siendo vistos y necesitan seguir siéndolo una vez que la acción ha concluido. Exigencia física y mental del intérprete-creador. ¿Se puede hacer algo desde afuera? ¿Se puede ayudar a un equipo de francotiradores escénicos? Esa es la búsqueda de su director, quien sólo puede dirigir al comienzo o al final de cada batalla. Entre ese antes y después, cada función puede fallar.

Este comentario fue hecho para la función el ensayo general del martes 1° de Marzo en Espacio Callejón, previa al re-estreno. Comprende mi experiencia como asistente de dirección de la obra durante el Ciclo Teatro Bombón 2015 y numerosas charlas y chats de WhatsApp con su director.

 

 

Ficha técnico - artística

Intérpretes: Celia Argüello Rena, Julia Hadida, Inés Maas, Hernán Martinez, Joaquín Martínez, Javier Olivera, Delfina Thiel | Intérprete invitada: Paula Nerome | Texto: Matías Feldman | Vestuario: Belén Parra | Iluminación: Matías Sendón | Música: Patricio Lisandro Ortiz | Diseño gráfico: Sergio Calvo | Asistencia de vestuario: Aty De Summa | Asistencia general: Joaquín Martínez | Asistencia técnica: Joaquín Martínez | Asistencia de dirección: Camila Malenchini | Prensa: Eugenia Tobal | Colaboración en dramaturgia: Matías Feldman | Dirección: Rakhal Herrero

 

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[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Francotirador

[2] Ser “víctima de la propia acción” es una expresión utilizada por Melina Seldes en sus clases.  Este comentario no podría haber sido escrito sin la perspectiva de sus clases de interpretación (2015 y 2016 en Espacio LEM). 

 

Caterina Mora

1988. Invierto intento norte en sur, sur en norte. Fiske Menuco, Buenos Aires, Bruselas, Estocolmo quizás. Intento salir a correr 20 min regularmente, no lo logro. Busco promover prácticas de lectura, de placer, de danzas como dispositivos inter-relacionales de confrontación con otre.s. Defiendo la educación formal y la institución pública. Post-master, Maestría, Licenciatura, Profesorado y Tecnicatura. Yo perreo sola. También bailo tango. Amante de "les moules frites”. No tengo Instagram y nunca entré a IKEA. 

Segunda Cuadernos de Danza es una de mis amantes.

PH: ALEXANDER ISMAIL