Este cuerpo no debería haber nacido
Y cuando digo este cuerpo digo mi cuerpo
Mas fuerte!
Este cuerpo no debería haber nacido
Y cuando digo este cuerpo digo mi cuerpo
MAS fuerte!
Este cuerpo no debería haber nacido
Y cuando digo este cuerpo digo mi cuerpo
MAS fuerte!!!
Este cuerpo no debería haber nacido
Y cuando digo este cuerpo digo mi cuerpo
MAS MAS FUERTE!
MAS RÁPIDO!
EstecuerponodeberíahabernacidoYcuandodigoestecuerpodigomicuerpo.
EstecuerponodeberíahabernacidoYcuandodigoestecuerpodigomicuerpo.
EstecuerponodeberíahabernacidoYcuandodigoestecuerpodigomicuerpo.
Disonar en un seminario de danza
Incomodar al cuerpo
Afectar hábitos
Repetir y repetir y repetir y repetir y repetir y repetir
Tirar. Subir Tirar. Subir. Caminar. Saltar. Correr
Tirar. Subir Tirar. Subir. Caminar. Saltar. Correr
Tirar. Subir Tirar. Subir. Caminar. Saltar. Correr
MÁS alto
MÁS rápido
MÁS fuerte
PARA!
PARA!
¿Qué hiciste mal?
Todos a unx
¿QUÉ hiciste mal?
Rodear
¿QUÉ hiciste mal?
NO hables
CALLATE
AMAME
¿Me querés?
Reza!
PARA!
Con cuidado por favor
NO SE GOLPEN.
Empezar a escribir un texto todavía con el cuerpo incómodo, después de cinco días seguido de seminario con Pablo Rotemberg. Si no es en la llaga, por lo menos, te mete el dedo en la pregunta.
Encrucijadas que conviven, miradas que se cruzan.
¿Estoy obedeciendo?
¿Es una orden?
¿Cuándo voy a decir que pare?
¿Esto es una ficción?
¿Hay un doble filo?
¿Necesito un doble de riesgo para atravesarlo?
Me río
Durante estos cinco días Pablo nos invitó a sumergirnos en un universo físico- psicológico.
Sumisión, abuso, violencia, resistencia, repetición, mucha repetición, confianza y ficción fueron algunas de las palabras que quedaron resonando en mí a partir de su propuesta pedagógica.
Cada día la estructura fue parecida.
Siempre la repetición. En la ronda de nombres inicial también la repetición.
Siempre la contención del grupo. En cada una de las rondas dónde nos tomamos de las manos y caminamos, saltamos, cantamos, la contención.
Siempre la paradoja. Cada vez que todos inculcábamos a unx. Empujar, golpear, tirar, culpar, la paradoja.
Las anotaciones en mi cuaderno y en mi cuerpo, me traen recuerdos.
Acaricié a otrx cuerpo mientras le susurraba en el oído; en un rato vas a sufrir. No se lo decía tan seguido, pero sí impidiendo el olvido… en un rato vas a sufrir.
La postura del perro, la de yoga. Cincuenta veces repetimos la frase; posición del perro o muerte, mientras resistimos la postura.
Nos paramos, caminamos, stop.
Suenan las canciones de música clásica al palo .No sé de quiénes son, no escucho música clásica, sin embargo muchas me gustan.
Girar, con ojos cerrados pivotear el pie izquierdo todo lo que dure la canción. La canción dura seis minutos y el ejercicio lo hicimos tres veces. Para un lado y para el otro, dieciocho minutos girando.
La voz de Pablo me alivia, su voz dice; si están mareadxs es porque acaban de girar, no porque están enfermos.
Pienso en el miedo, en los hábitos emocionales, en las trabas mentales que muchas veces ¿me pongo?, en el famoso no puedo.
En su pregunta; ¿somos vagos por naturaleza? o ¿ por qué somos vagos?
Miro la mano y digo; Es el fin de la representación; Basta con la heteronomía; Soy sumisa y me van a matar.
Deslizamos la espalda por la pared y nos sentamos, miramos el salón.
Miro a quien tengo al lado y le digo; en cualquier momento te podrías morir.
Cierro mi cuaderno y sigo pensando en el seminario mientras tomo vino tinto.
TIEMPO MUERTO.
No me quedo como una estatua, pero estoy quietx, lo que hago afecta al resto, así que no me muevo.
¿Crees que estás perdiendo el tiempo?
Esta pregunta me abisma.
Siento que tengo la posibilidad de entrar en otro tiempo, tiempo dónde no hay tiempo porque se murió. Puedo descansar adentro de adentro del tiempo muerto. Me relajo, me siento feliz y agradecida.
Quizás, estar y permanecer en este seminario fue una especie de entrar en un tiempo muerto dónde los monstruitos fueron posibles. Dónde el doble que vive de la puerta para afuera se volvió un juego para intentar conocernos un poco más. Dónde poner el cuerpo, extremar lo físico, la resistencia, se transformo en supervivencia.
¿La supervivencia del bailarín*?
¿Ser bailarín* requiere ser fuerte y a veces despiadado?
Durante el seminario compartimos un tiempo espacio (¿en el cuál Pablo esperaba más de nosotrxs?) habitado de cada singularidad. Cada cuerpo poblado de experiencia y contenido por la propuesta que venía de afuera.
Pienso en el cuerpo incorrecto. ¿cómo es? ¿cuál de todos lxs cuerpos posibles es incorrecto?
Por momentos sentí que el cuerpo incorrecto estaba demasiado domesticado, que había mucha obediencia. Por otro, que obedecer y repetir y repetir y repetir y repetir y obedecer y repetir en algún momento modifica, saca de ese lugar cómodo.
Estás cansadx y no podes disimilar. Te molesta que te empujen y tu cuerpo lo hace visible. Te defendes, te opones, y se vuelve una danza. Te calentas arriba del otrx y se te ve en los ojos.
Antes de ir al seminario, otrxs compañerxs de danza, me habían contado algunas experiencias suyas en diferentes seminarios de Pablo Rotemberg. Fui pensando en que a mí no me iban a cagar a palos ahí. Si bien los relatos estuvieron presentes, no hizo falta sacar esa defensa.
Cierro los ojos, los abro.
Es el final de la clase. Estamos todos parados en el salón, salimos de a unx, en canón. Suena una música muy fuerte, otra vez no sé que es lo que suena, pero me remite directamente al mundo del cine. Me estoy cambiando y lo miro a Pablo ponerse la camisa, lentx, se abrocha botón por botón y se presenta el final de la pelí. El asesino acaba de matar a todxs y saborea su triunfo.
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Este texto fue realizado para el Seminario ”El cuerpo incorrecto " coordinado por Pablo Rotemberg, en la semana #4 del festival de seminario Doce Veinticuatro. Escrito en el marco “Convivencia Segunda y 12/24”.
Registro Fotográfico: Guadalupe Arriegue y Tasio Rossi