Hace muy poco que comparto esta idea muy subjetiva, que no es mía, sino de Adva, y creo que tampoco es de ella. La idea es que no estoy tan interesada en el arte sino en los artistas. Es así, que tratando de seguir esta línea, intentaré hablar de “El tango no existe” de Ollantay Rojas. En primer lugar, y abriendo polémica, no es mi interés argumentar que el tango es arte. Pero si el tango no es arte (de nuevo, para mí), debo reconocer su oficio: oficio de tomar colectivos de noche, de pagar entradas (o gorra) de milongas, de hacer sociales, de alcohol a veces. Y si hay algo que es el tango es “código de opiniones”: que la pierna así, que la torsión azá, que el cabeceo así, que el abrazo allá, que los tacos acá, que el peso adelante, que no tanto, que el básico así, que la tanda esta re buena, que la cortina es muy corta, o muy larga. Etcétera. Y si bien hace unos años que cada vez hay más adeptos que ejecutan…